viernes, 31 de enero de 2014

“Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”

El humano sometido a la necesidad extrema es conducido hasta el límite de sus recursos, y al infortunio para todos los que transitan por este camino.
Trabajo y salario, comida y cobijo, coraje y voluntad, para ellos todo está perdido. La luz del día se funde con la sombra y la oscuridad entra en sus corazones; y en medio de esta oscuridad el hombre se aprovecha de la debilidad de las mujeres y los niños y los fuerza a la ignominia. Luego de esto cabe todo el horror. La desesperación encerrada entre unas endebles paredes da cabida al vicio y al crimen...
Parecen totalmente depravados, corruptos, viles y odiosos; pero es muy raro que aquellos que hayan llegado tan bajo no hayan sido degradados en el proceso, además, llega un punto en que los desafortunados y los infames son agrupados, fusionados en un único mundo fatídico.
Ellos son "Los Miserables", los parias, los desamparados.- Victor Hugo



Marcos Camacho, más conocido por el sobrenombre de Marcola, es el máximo dirigente de una organización criminal de Sao Paulo (Brasil) denominada Primer Comando de la Capital (PCC).
Las respuestas de Marcola nos aproximan a lo que puede ser el futuro de la delincuencia común en América Latina.
O Globo: ¿Usted es del PRIMER COMANDO DE LA CAPITAL (PCC)?
Marcola: Más que eso, yo soy una señal de estos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de renta, pocas villas miseria, discretas periferias; la solución nunca aparecía… ¿Qué hicieron? Nada. ¿El Gobierno Federal alguna vez reservó algún presupuesto para nosotros? Nosotros sólo éramos noticia en los derrumbes de las villas en las montañas o en la música romántica sobre “la belleza de esas montañas al amanecer”, esas cosas…
Ahora estamos ricos con la multinacional de la droga. Y ustedes se están muriendo de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de vuestra conciencia social.
O Globo: Pero la solución sería…
Marcola: ¿Solución? No hay solución, hermano. La propia idea de “solución” ya es un error.
¿Ya vio el tamaño de las 560 villas miseria de Río? ¿Ya anduvo en helicóptero por sobre la periferia de San Pablo? ¿Solución, cómo? Sólo la habría con muchos millones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general y todo tendría que ser bajo la batuta casi de una “tiranía esclarecida” que saltase por sobre la parálisis burocrática secular, que pasase por encima del Legislativo cómplice. Y del Judicial que impide puniciones. Tendría que haber una reforma radical del proceso penal de país, tendría que haber comunicaciones e inteligencia entre policías municipales, provinciales y federales (nosotros hacemos hasta “conference calls” entre presidiarios…)
Y todo eso costaría billones de dólares e implicaría una mudanza psicosocial profunda en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.
O Globo: ¿Usted no tiene miedo de morir?
Marcola: Ustedes son los que tienen miedo de morir, yo no. Mejor dicho, aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme, pero yo puedo mandar matarlos a ustedes allí afuera. Nosotros somos hombres-bombas. En las villas miseria hay cien mil hombres-bombas. Estamos en el centro de lo insoluble mismo. Ustedes en el bien y el mal y, en medio, la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos una nueva “especie”, ya somos otros bichos, diferentes a ustedes.
La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, por un ataque al corazón. La muerte para nosotros es la comida diaria, tirados en una fosa común.
¿Ustedes intelectuales no hablan de lucha de clases, de ser marginal, ser héroe? Entonces ¡llegamos nosotros! ¡Ja, ja, ja…! Yo leo mucho; leí 3.000 libros y leo a Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país.
No hay más proletarios, o infelices, o explotados. Hay una tercera cosa creciendo allí afuera, cultivada en el barro, educándose en el más absoluto analfabetismo, diplomándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en los rincones de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. Es eso. Es otra lengua.
Está delante de una especie de post miseria.
La post miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con megabytes.
O Globo: ¿Qué cambió en las periferias?
Marcola: Mangos. Nosotros ahora tenemos. ¿Usted cree que quien tiene 40 millones de dólares como Beira Mar no manda? Con 40 millones de dólares la prisión es un hotel, un escritorio… Cuál es la policía que va a quemar esa mina de oro, ¿entiende? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el funcionario vacila, es despedido y “colocado en el microondas”.
Ustedes son el estado quebrado, dominado por incompetentes.
Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos, burocráticos. Nosotros luchamos en terreno propio. Ustedes, en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes mueren de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes tienen calibre 38. Nosotros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen la manía del humanismo. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transformaron en “super stars” del crimen.  Nosotros los tenemos de payasos. Nosotros somos ayudados por la población de las villas miseria, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos “globales”. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros “clientes”. Ustedes nos olvidan cuando pasa el susto de la violencia que provocamos. (¡MENUDO COMENTARIO WOW!)
O Globo: ¿Pero, qué debemos hacer?
Marcola: Les voy a dar una idea, aunque sea en contra de mí. ¡Agarren a “los barones del polvo” (cocaína)! Hay diputados, senadores, empresarios, hay ex presidentes en el medio de la cocaína y de las armas. ¿Pero, quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué plata?
No tienen dinero ni para comida de los reclutas Estoy leyendo “Sobre la guerra”, de Klausewitz. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en los rincones. Tenemos hasta misiles anti-tanque. Si embroman, van a salir unos Stinger. Para acabar con nosotros… solamente con una bomba atómica en las villas miseria. ¿Ya pensó? ¿Ipanema radiactiva?
O Globo: Pero… ¿No habrá una solución?
Marcola: Ustedes sólo pueden llegar a algún suceso si desisten de defender la “normalidad”. No hay más normalidad alguna. Ustedes precisan hacer una autocrítica de su propia incompetencia. Pero a ser franco, en serio, en la moral. Estamos todos en el centro de lo insoluble. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Sólo la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Entiéndame, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni la extensión del problema.
Como escribió el divino Dante:
“Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el infierno”.

Con información de: http://www.diariorepublica.com/mundo/capo-brasileno-hablo-como-un-profeta-y-todo-lo-dicho-es-espeluznante-y-vigente

miércoles, 29 de enero de 2014

Nota de desagravio

Debido a un gracioso incidente acaecido el día lunes fui multado por la cofradía de los caballeros del Caribe en sesión plena el día de ayer, con una sentencia de carácter inapelable ja ja ja.
Eva quien regenta el blog Eva la Zarzamora tiene la costumbre los días lunes de abrir con besos para todos sus lectores, seguidores, y comentaristas. Regularmente escoge a quien va dedicada la edición. El lunes pasado me toco la suerte, de lo que me vine a enterar sólo hasta el día de ayer. 
Con esto no quedé bien ni ante Eva ni mucho menos con los caballeros de la cofradía pues en uno de los preceptos está tipificado como falta grave llegar tarde o quedar mal a una invitación o cita con una dama. 
Fui condenado entonces a resarcir la honorabilidad de los caballeros con el dictamen de editar una publicación en honor a la dama, así como pagar el día jueves la primera ronda para los caballeros en La Bodeguita del Medio (filial en Costa Rica de la franquicia de esta marca que posee el humorista mexicano Adal Ramones)
Como la amiga Eva había iniciado con un amigo una serie sobre el  twist, se me ocurrió entonces, en este paréntesis, y para cumplir parte de la condena, dedicarle una edición con esta escena de Pulp Fiction donde John Travolta y Uma Thurman magistralmente bailan el twist You Never Can Tell de ChuckBerry


Espero entonces quedar sedita y a paz y salvo con esta parte de la sentencia ja ja ja.

viernes, 24 de enero de 2014

Un punto azul...

Desde este punto de vista lejano, la Tierra puede no parecer de cualquier interés particular. Pero, para nosotros, es diferente. Consideremos de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Ahí ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí —en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de un lugar del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra parte del punto. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestros posicionamientos, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida.
Nuestro planeta es un solitario grano de polvo en la gran penumbra cósmica que todo lo envuelve. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Dependemos solo de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos.

Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y yo añadiría que formadora del carácter. En mi opinión, no hay quizá mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido.
Carl Sagan

sábado, 18 de enero de 2014

El más fuerte modela valores


Empeorando
“Breaking bad”: ¿El (narco) Show debe Continuar?
Fernando Buen Abad Domínguez

Un cáncer televisado que se vuelve negocio. Hace tiempo que las “series” de televisión yanquis (y no sólo) son escuelas ideológicas (falsa conciencia) y chatarra intelectual para las masas. Nada nuevo. Hace tiempo que la burguesía usa sus “medios” para exhibir impúdicamente todo género de aberraciones y para infiltrar valores (o anti-valores) convertidos en mercancías del morbo, muy rentables y muy premiadas por ellos mismos. De mal en peor.
“Breaking Bad” es una de esas series televisivas “exitosa”, según los parámetros mercantiles de la industria televisiva, y es una serie muy jugosa por la carga ideológica que cocina. Su éxito deriva de una muy sofisticada cadena de producción que hace malabares con los miedos, con los estereotipos y con las monstruosidades del crimen organizado, ahora convertido en puntero del “rating”. Es un producto con sobresaliente calidad narrativa, y dotación técnica, al que debemos observarle la siempre presente bendición que le otorga la DEA para calmar la doble moral del espectador común (o del pueblo-público) consumidor adicto al espectáculo de su propia desgracia. “De acuerdo con reportes de la ONU, en Estados Unidos, Canadá y Europa se queda la mayor parte de las ganancias de la venta de droga en el mundo, que en el caso de la cocaína representa 70% de los 72 mil millones de dólares traficados al año.”[1] Más los “daños colaterales”.
“Breaking Bad” viene a contarnos, involuntariamente, lo que le sucede al capitalismo en su totalidad y nos lo cuenta de la manera en que a la burguesía le encanta contar esas “cosas” que , principalmente, consiste en culpar de todos sus males a las “periferias” sociales: a los inadaptados; a los “losers”; a los inferiores y a los “latinos”. “Periferias” que son, a los ojos del “buen burgués”, nido de lacras que afean el paisaje con sus “disfunciones” y con su primitivismo intelectual, sexual, alimentario y laboral. La escoria misma. Y mientras la serie cuenta su “historia” narcótica, avanza como ofensiva ideológica discriminatoria, criminalizante y estigmatizante. La lucha de clases en acción televisada.
En el imaginario de “Breakin Bad” sólo los agentes de la DEA son “los honestos”. ( En cerca de 60 horas de tele ni una palabra sobre las tropelías criminales de la DEA en Bolivia, Ecuador, Venezuela…México) Aparecen como el alma pura de la sociedad yanqui (la misma que financia y aplaude las guerras y crímenes globales) pero que, para los fines televisivos, sufre la maldición de tener que vigilar y combatir a esos bárbaros que arriman a sus tierras el menú más completo de narco-tentaciones con trafico de armas, trafico de personas y tráfico de órganos. Todo en un escenario cuidadosamente mexicanizado o latino-americanizado condimentado con dólares a mansalva. Galería con fetiches del simplismo y del maniqueísmo. Mientras tanto, la realidad no recibe premios: “Más de 121 mil muertos, el saldo de la narcoguerra”[2]
Era de esperarse que una serie de televisión cuya audacia es mostrar, farandulizada, parte de las entrañas y la descomposición política del imperio, convirtiera en audacia su cinismo. No se priva de frases gruesas como “te obligan a lamerle el culo al patrón”, dicho por uno de los protagonistas que se queja ante los pagos exiguos (un millón y medio de dólares) como cocinero de metanfetaminas. No se priva de exhibir la desprotección médica de las personas obligadas a “cualquier cosa” para pagar un tratamiento. No se priva de pasearse por los pasillos de las ambigüedades y la corrupción de todas las jaurías que acechan a los latinos y a los “perdedores” incapaces de subirse al “american way of life” tentados por los vicios, las blandenguerías psicológicas y la promiscuidad de clases. El capitalismo al desnudo. En fin, “Breaking Bad” es un lavado de cara al sistema, uno más, esta vez con sabores amargos y sangrientos pensados para la hora de la cena y en hi definition. Dosis de violencia mediática antes de ir a la cama.
Se venden la “temporadas” completas o fragmentadas en las tiendas más ad hoc o en los palacios del pirateo. Dicen que es la “serie más exitosa de toda la historia” que ha roto récords, que acumula premios de todo tipo, que es ya un fenómeno televisivo mundial. Y mientras más se la publicita más se afianzan sus aberraciones temáticas. ¿Comprenderán los “teleespectadores” en México, en Guatemala, en Honduras, en Colombia, en Argentina… por qué los yanquis abordan estos temas desgarradores, para entretenerse, mientras a nuestros pueblos nos cuesta sangre, desgarramiento y huellas psicosociales irreparables? ¿Hay algún mensaje “edificante” o algún arrepentimiento, salido de la moral yanqui, para denunciar, de verdad, la red compleja de crímenes paridos por el capitalismo presentados como narco-espectáculo? ¿Forma opinión, cuál… forma modelos, cuáles? No hace falta ver toda la serie. Paraíso de la degradación, el envilecimiento, la decadencia y la corrupción. Radiografía de un sistema que expresa sus metástasis en la vida cotidiana y hace negocios con eso.
“Breaking Bad” es un retrato cínico del imperio que sabe producir maquinas de guerra ideológica con gran manufactura artística y tecnológica. Eso no le quita lo perverso. Aunque muestra “descarnadamente”, ante sus cámaras, los submundos del sistema en decadencia, eso no implica una crítica. Con la dosis descomunal de ambigüedades que la serie maneja, se hace difícil decidir si se trata de una apología del delito o de una moraleja audiovisual para la resignación. La serie toda parece decir, empeorando, que la cosa es así, que “la ley del más fuerte” es la que manda y que, también, se llega a ser más fuerte si se es más cruel y más ambicioso. No disfrutaremos este pastel de carne humana como si fuese un logro estético. No importa cuántas escenas de ternura intercalen, no importan los silogismos de la obediencia debida a la “supervivencia” que encadenen, no importan los premios ni su fama. Se trata de una serie televisiva más que, directa e indirectamente, nos señala dónde está el poder y dónde está el dinero para estimular, a balazos, el tráfico de cualquier cosa que satisfaga la voracidad del capitalismo, el más demencial comprador y consumidor de drogas, violencia y vidas humanas que la humanidad ha padecido.  Y lo pasan por la tele, impunemente.


viernes, 10 de enero de 2014

El ser humano es la existencial metáfora

Un cuento de Ana Luisa Ramírez

Javier es generoso porque es creativo y porque "generoso", en su etimología, significa "el que engendra".
Javier es homo ludens por excelencia y en su juego juega incasablemente la metáfora del mundo. Y sabe muy bien que no hay juego sin su regla y que la regla no ofrece juego si no se trasgrede.
Y que el modo de comprender una realidad acaba abrazando ficciones y que el modo de comprender una ficción acaba abrazando realidades.
Lo sabe y lo ignora. Lo abandona y lo busca. Y se cuela por la retícula geométrica del orden para conquistar un caos de juegos incontables. O y se zambulle en un líquido caos para emerger tripulando un sólido geométrico.
Javier sabe que —como advertía Ortega— el juego es la más pura invención del hombre como lo no-impuesto. Y que la única manera posible de que una cosa sea otra, es la metáfora y que el hombre es la existencial metáfora.
Y Javier y yo sabemos que si los dos términos se excluyen entre sí, la metáfora está muerta.
P.D.: Concluyo que los largos años de amistad que me unen a Javier se deben, probablemente, a que él es idéntico a lo que yo no soy y viceversa.

lunes, 6 de enero de 2014

La vida como posibilidad de belleza y gracia

De educación, arte y alcachofas
Por José Gordon
A todos nos queda claro que el desarrollo del conocimiento pasa por la ciencia. Lo que en ocasiones no es tan evidente es cómo es que el arte también es un componente esencial de la educación. ¿Qué comunica la poesía que pueda ser tan importante como el entendimiento de las matemáticas? Este es el tema final de una interesante conversación que sostuve con el educador español José Antonio Marina, especializado en Ciencias Cognitivas por la Universidad Complutense de Madrid. Marina sigue con atención la pregunta que le hago:
-En el arte está la posibilidad  de transfigurar lo que nos rodea, de encontrar belleza e imágines que no están dentro de la cajita del mundo en que vivimos. Supone saltar límites-. Los ojos de Marina me leen rápidamente. Engarza las palabras con el cuidado y precisión de un relojero:
-Desarrolla sobre todo una idea, la idea de la posibilidad…la idea de la posibilidad de que las cosas podrían ser más bellas o que pueden serlo si se saben mirarlas bien. Esa idea de la posibilidad es importantísima para todos nosotros. Cuando no la sentimos nos sentimos imposibilitados, nos sentimos atados.
El arte nos da la posibilidad de contemplar las cosas de una manera distinta. El mismo árbol puede ser pintado en el renacimiento, por los pintores barrocos o por los pintores impresionistas; el árbol es el mismo, la manera de pintarlo es diferente, y eso nos produce una cierta euforia porque nos dice que no estamos esclavizados por el estímulo que nos viene de afuera. Podemos ver o interpretar de manera distinta ese estímulo.
José Antonio Marina ejemplifica:
-A todos mis alumnos les he leído un poema- que además siempre es el mismo-, de manera que ahora tomo a los lectores como si fueran alumnos. Es un poema de Pablo Neruda que se titula “Oda a la alcachofa”, y empieza así:
La alcachofa/ de tierno corazón/ se vistió de guerrero,/ erecta, construyó/ una pequeña cúpula,/ se mantuvo/ impermeable/ bajo/ sus escamas.
Bueno, la imagen es muy clara porque las escamas que tiene la alcachofa la hacen ver como si tuviera una cota de malla, como si fuera una protección. Al principio mis alumnos no lo entendían. Luego comprendí que sólo habían visto alcachofas de lata y las alcachofas en conserva ya no tienen las escamas. Entonces les traje una alcachofa de mi huerta para explicarles.
No me interesaba que al leer poesía escribieran un poema. No, lo que me interesaba es que el poema les enseñara a ver poéticamente las cosas, con ese aspecto de novedad, de interés, de excepcionalidad que tienen o que pueden tener las cosas en la cocina. Estar atento al entorno permite que esté más cuidado; puede estar más bonito. Podemos dejar ahí nuestra huella, porque cuando estamos hablando de crear, no estamos hablando nada más de crear grandes obras de arte. Estamos hablando de hacer que algo valioso que no existía, exista por mí.
Se puede tratar de un hijo, una buena conversación, una buena relación amorosa, un buen adorno de flores, una maceta en el jardín. ¿Eso es valioso? Sí. ´Existía antes? ¿Quién lo ha hecho antes? Tu. Tu eres un creador. ¿Por qué no haces más? Es como si la realidad estuviera un poco a la espera: “Qué vas a hacer conmigo?” La realidad nos proporciona  muchas posibilidades. A ver qué hacemos.
Un ejemplo que pongo a mis alumnos más pequeñitos que ya han aprendido en química que el petróleo es un hidrocarburo –de origen animal y con propiedades de combustión-, es la pregunta: “Oye, el petróleo vuela?” Me dicen: “No, porque no tiene alas”. “Oye yo he venido a México en un avión. Lo que lo hacía volar era el petróleo y el mismo petróleo estaba volando”.
Cuando la inteligencia humana toma las posibilidades que nos proporciona la realidad y las mete en nuestros proyectos, la realidad hace cosas muy raras. Por ejemplo, nos hace volar. Si aplicamos esto a nuestro propio cerebro, si introducimos esas posibilidades en un proyecto nuestro de rediseñar el cerebro, aquel cerebro va a hacer cosas maravillosas. Igual que el petróleo me hace volar, el cerebro de alguna manera me puede hacer volar también. Por eso la poesía es una especie de gran vuelo de la inteligencia.
Niños, filósofos en poetencia
-Desde esa perspectiva, la poesía es un instrumento de educación que trata de recuperar la capacidad de asombro.
-Sin duda. Además, creo que no se trata de recuperar como de no permitir que se pierda, porque todos los niños nacen siendo curiosos, los niños nacen preparados para aprender. Este es un fenómeno absolutamente maravilloso: ¿por qué todos los niños de todas las culturas hacia los cuatro o cinco años empiezan a hacer preguntas? ¿Quién se los ha enseñado? Ellos se dan cuenta de que cuando dicen “¿porqué?” – que no saben muy bien qué significa-, reciben información. Entonces empiezan a hacer preguntas que descomponen a todos padres porque son preguntas en cascada: “¿Porqué las vacas tienen cuernos?”. “Para defenderse”. “¿Y por qué tienen que defenderse” . “Para no morirse”. “Y ¿por qué no quieren morirse?”. “ Niño es porque no”.
Llega un momento en que a los niños no les puedes dar otra respuesta, bueno, son filósofos en potencia, quieren llegar hasta la última pregunta. ¿Quién se los ha enseñado? Nadie, vienen así.
-Así venimos y tendríamos que seguir así de esa manera.
-El problema está en que cuando entran a la escuela dejan de estar preocupados por aprender y empiezan a estar preocupados por aprobar. Eso es catastrófico. La escuela debe ser la gran incentivadora de la curiosidad, debe dar un premio al niño que haga más preguntas.
-Y debe también apostar por la pasión.
-Sin duda alguna, y en este caso, por la pasión de aprender, que es capaz de movilizar montañas. Eso es lo que tenemos que despertar, contagiar, cuidar, estimular, en todos nuestros niños y niñas: la pasión de aprender. No pretendemos que les guste estudiar porque, bueno, estudiar no le ha gustado a nadie. Lo que queremos es que sepan que saber es muy bonito, y que eso mismo pasa con cualquier deporte: jugar bien al baloncesto es precioso, entrenar es pesado pero así son las cosas, ten en cuenta que jugar bien es muy bonito.
Pensar bien es muy bonito, saber cosas es muy bonito. Tienen que saber que hay que hacer esfuerzo, que hay que entrenarse para saber, hay que entrenarse bien para jugar al baloncesto, hay que entrenarse para llevar unas relaciones afectivas buenas. La vida es entrenamiento.
-Esa es una pasión que has conservado hasta ahora.
-Yo creo que sí. Esto te va a parecer un poco ridículo: cuando terminé el bachillerato y tenía que elegir lo que quería estudiar, lo único que realmente me apasionaba no era la filosofía, no era siquiera el conocimiento; lo que me apasionaba era el baile. Quería ser bailarín o coreógrafo, pero entonces en España no había ninguna escuela de baile. Empecé a estudiar historia del arte, en donde se daban cursos comunes con filosofía. Entonces me di cuenta de algo que creo que ha sido tal vez la experiencia más definitiva en mi vida y que me sigue pareciendo maravillosa. Me di cuenta de que lo que me admiraba en el baile era la capacidad que tiene un bailarín o una bailarina de transformar el esfuerzo en gracia; es decir, cuando ves a unos bailarines que están haciendo ejercicios en la barra, el espectáculo es horrible. Les duelen los pies, están llenos de vendas, de telas adhesivas, sudan, huelen mal… pero después de ese entrenamiento lo que consiguen cuando salen a bailar es que parece que no tienen cuerpo. ¿Qué es lo importante? Hacer una cosa con soltura, hacer una cosa con gracia… pero eso no solo sucede en el baile. Pensar con soltura es una cosa bonita. Tener relaciones amorosas con soltura es una cosa muy bonita.
-Que tenga ritmo, que tenga gracia. Así debería ser la educación.
-Exactamente- me dice Marina, quien nos ha dado una gran lección sobre arte, pensamiento, educación, baile y alcachofas.

Tomado de Muy Interesante.

miércoles, 1 de enero de 2014

Fuego a discreción


Por José María Merino
En el cielo del amanecer brillaba con fuerza aquel insólito lucero que la gente común contemplaba con asombro, pero el capitán sabía que era uno de los satélites de comunicaciones que permitirían a su ejército mantener la supremacía en aquella guerra interminable. 
-Mi capitán- transmitió el cabo -, Aquí sólo hay varios civiles refugiaos, unos pastores que han perdido el rebaño por el impacto de un obús y una mujer a punto de dar a luz
El capitán, desde la torreta del carro, observaba el establo con los prismáticos. 
-Registradlo todo con cuidado
-Mi capitán- transmitió otra vez el cabo-, también hay un perturbado, vestido con una túnica blanca, que dice que va a nacer un salvador y otras cosas raras
-A ese me lo traéis bien sujeto
-Mi capitán- añadió el cabo, con la voz alterada-, la mujer se ha puesto de parto
-Bienvenido al infierno- murmuró el capitán, con lástima.
A la luz del alba, aparecieron en la loma cercana las figuras de tres camellos cargados de bultos y el capitán los observaba acercarse, indeciso.
-Abrid fuego- ordenó al fin-, No quiero sorpresas.